¿Qué es el LSD?

¿Qué es el LSD y cuáles son sus efectos y riesgos?

Hay quienes lo consideran una “puerta a la expansión de la mente”, pero la realidad es que conlleva riesgos serios que no deben subestimarse.  Hablamos del LSD, una droga alucinógena tan potente como popular.

En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta sustancia: qué es, cómo afecta al cerebro y por qué su consumo es peligroso.

¿Qué es el LSD?

El LSD es una sustancia psicodélica que altera profundamente la percepción, el pensamiento y las emociones. Su consumo modifica la manera en que se experimenta la realidad, y provoca distorsiones sensoriales y cambios en el estado de ánimo. 

Estas experiencias pueden ir desde sensaciones placenteras y estimulantes hasta episodios de ansiedad intensa o paranoia, dependiendo de la dosis, el entorno y la sensibilidad de cada persona.

Su nombre completo es dietilamida de ácido lisérgico y se obtiene a partir de un hongo que crece en ciertos cereales, como el centeno. 

Fue descubierto en 1938 por el químico suizo Albert Hofmann, pero su popularidad explotó en los años 60, cuando se convirtió en un símbolo del movimiento contracultural.

Formas de consumo del LSD

Se presenta en pequeñas dosis debido a su alta potencia, normalmente en papeles absorbentes decorados (conocidos como “tripis” o “blotters”). 

Los formatos más habituales son:

  • Papel secante: se impregna con la sustancia y se presenta en pequeños sellos de papel. Cada hoja suele contener más de 100 dosis individuales.
  • Micropuntos: pequeñas pastillas sólidas que concentran dosis más altas de LSD en comparación con los sellos de papel.
  • Gelatina: finas láminas transparentes de gelatina que contienen la sustancia, facilitando su absorción.
  • Líquido: forma concentrada del LSD, que se dosifica en gotas y se administra sobre azúcares, papel secante o directamente en la boca.

Lo cierto es que, aunque el LSD no genera adicción física, sus efectos pueden ser intensos e impredecibles, con consecuencias que van más allá de la experiencia psicodélica en sí.

¿Qué otros nombres recibe el LSD?

El LSD es conocido por diversos nombres coloquiales, entre ellos: tripi, papel, micro-punto, bicho, terrón de azúcar, ajo, barman, soles y zen

También se le llama Superman o Lucy en el cielo con diamantes, en referencia a la famosa canción de The Beatles Lucy in the Sky with Diamonds”.

¿Cuánto dura el efecto del LSD?

Los efectos del LSD se prolongan entre 4 y 12 horas, dependiendo de la dosis, la sensibilidad individual y el entorno en el que se consuma.

¿Cómo actúa el LSD en el cerebro?

El LSD (dietilamida de ácido lisérgico) actúa en el cerebro alterando la percepción sensorial, el pensamiento y el estado emocional. 

Este compuesto psicoactivo afecta principalmente al sistema serotoninérgico, es decir, el sistema que utiliza la serotonina como neurotransmisor. 

La serotonina tiene un papel crucial en la regulación de muchos procesos cerebrales, incluidos el estado de ánimo, la percepción sensorial, el sueño, el apetito y la memoria.

El LSD distorsiona la percepción del espacio, el tiempo y la distancia. 

Quienes lo consumen suelen describir experiencias sensoriales inusuales, como “ver” sonidos o “escuchar” colores.

Quienes consumen LSD suelen referirse a estas experiencias como “viajes”, de ahí lo de “tripi”. 

Estos viajes pueden resultar agradables y estimulantes (un viaje bueno) o, por el contrario, angustiantes y aterradores (un viaje malo). 

En algunos casos, se experimenta una euforia intensa y una sensación de desinhibición similar a la del alcohol

Otras veces, la percepción del entorno se transforma: los colores parecen más brillantes, los objetos cambian de forma y tamaño, y los sentidos se mezclan.

Algunas personas sienten una claridad mental extrema y una confianza desmedida, creyendo que son invencibles con el riesgo que esto supone.

Sin embargo, también pueden aparecer pensamientos perturbadores y aterradores, con cambios emocionales bruscos que van de la felicidad al miedo en cuestión de segundos.

En los casos más extremos, los temores se desbordan y generan una sensación de peligro inminente. La persona siente temor por su vida o tiene impulsos autodestructivos o agresivos.

Los efectos del LSD varían según la persona, la dosis y el contexto en el que se consuma. Pero una cosa está clara: esta droga es impredecible y las posibles consecuencias adversas son más que probables.

Efectos del LSD en el organismo

Los efectos del LSD pueden dividirse en tres categorías: físicos, psicológicos y perceptuales.

Efectos físicos

  • Aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial
  • Dilatación de las pupilas
  • Sudoración y escalofríos
  • Insomnio y pérdida de apetito
  • Náuseas o malestar digestivo

Efectos psicológicos

  • Intensas alteraciones del estado de ánimo, que pueden ir de la euforia a la ansiedad
  • Despersonalización y sensación de “disolución del yo”
  • Pensamientos acelerados y desordenados
  • Paranoia y psicosis en personas vulnerables

Efectos perceptuales

  • Distorsiones visuales y auditivas
  • Sinestesia (mezcla de sentidos, como “ver” sonidos o “escuchar” colores)
  • Alteración de la percepción del tiempo y el espacio
  • Sensación de conexión con el universo o experiencias místicas

¿Qué riesgos tiene el consumo de LSD?

Aunque el LSD no genera adicción ni síndrome de abstinencia físico, su consumo puede generar dependencia y tener graves consecuencias para la salud mental.

Riesgo de “mal viaje”

Uno de los mayores peligros es experimentar un “bad trip” o “mal viaje”, un episodio de paranoia, ansiedad extrema y pensamientos catastróficos que puede durar varias horas.

Trastornos psiquiátricos

En personas predispuestas, el LSD desencadena trastornos psiquiátricos graves, como esquizofrenia, psicosis persistente, episodios de paranoia, desconexión de la realidad, crisis de ansiedad, depresión o despersonalización. 

La despersonalización o “disolución del yo” es una alteración de la percepción en la que la persona se siente desconectada de sí misma, como si estuviera observando su vida desde fuera o experimentando una sensación de irrealidad. 

La persona tiene la impresión de que su propio cuerpo, pensamientos o emociones no le pertenecen o de que está en una especie de sueño. 

Aunque en muchos casos es temporal, en algunos persiste y afecta de forma significativa a la calidad de vida de la persona.

También afecta a la concentración y la memoria, el pensamiento abstracto y la toma de decisiones.

Flashbacks o trastorno perceptivo persistente por alucinógenos (HPPD)

Algunas personas experimentan “flashbacks” en los que reviven las alucinaciones del “viaje de ácido” días, semanas o incluso meses después del consumo. 

En ciertos casos, esto se convierte en un trastorno crónico conocido como HPPD.

El HPPD (Hallucinogen Persisting Perception Disorder) o trastorno perceptivo persistente por alucinógenos es una condición en la que una persona experimenta alucinaciones recurrentes tras el consumo de drogas psicodélicas como el LSD, la psilocibina o la mescalina

Estos delirios se manifiestan incluso semanas, meses o años después de haber consumido la sustancia.

Conductas de riesgo y accidentes

Bajo los efectos del LSD, las personas pueden perder la capacidad de evaluar situaciones de peligro, lo que aumenta el riesgo de accidentes, autolesiones o comportamientos impulsivos.

¿El LSD causa adicción?

A diferencia de otras sustancias adictivas, el LSD no provoca una dependencia física ni genera síndrome de abstinencia. 

Sin embargo, su consumo repetido puede hacer que la persona desarrolle tolerancia, lo que significa que, con el tiempo, necesita dosis mayores para experimentar los mismos efectos. Esto multiplica el riesgo de reacciones impredecibles y de sufrir experiencias negativas o peligrosas.

Además, aunque no crea una adicción en términos físicos, sí puede generar una dependencia psicológica. 

Algunas personas lo utilizan de manera recurrente para escapar de la realidad, modificar su estado de ánimo o alcanzar estados de conciencia alterados.

Este patrón de consumo afecta a su bienestar emocional y su vida cotidiana, y da lugar a una relación problemática con la sustancia.

Adicción y policonsumo

El consumo de LSD, en ocasiones, se combina con otras sustancias como cocaína, MDMA o benzodiacepinas, con el alto riesgo para la salud que supone. 

En personas con consumo simultáneo de varias drogas, el tratamiento resulta más complejo, ya que suelen experimentar síntomas de abstinencia combinados y un mayor riesgo de recaída, que dificulta el proceso de recuperación.

¿Existe tratamiento para el abuso de LSD?

El abuso en el consumo de LSD puede derivar en problemas emocionales o psicológicos que requieren intervención. 

El primer paso en el tratamiento es reconocer que el consumo de LSD está afectando tu vida. 

Una vez que tomas la decisión de cambiar, el siguiente paso es buscar apoyo profesional y emocional para afrontarlo.

Terapia psicológica

El tratamiento se centra en el apoyo psicológico y la terapia para gestionar los efectos adversos, reducir el deseo de consumo y modificar esos patrones de comportamiento. 

La terapia cognitivo-conductual es una de las herramientas más efectivas para abordar el consumo problemático de LSD.  Ayuda a la persona a comprender qué le impulsa a tomar la sustancia y a desarrollar estrategias para evitar recaídas y gestionar mejor sus emociones.

Apoyo psiquiátrico

En algunos casos, el consumo de LSD puede desencadenar episodios de psicosis, ansiedad severa o trastornos perceptivos como el HPPD. 

En estas situaciones, el tratamiento psiquiátrico con medicación y seguimiento especializado se hace necesario.

Grupos de apoyo

Participar en grupos de apoyo puede ser clave para quienes buscan alejarse del consumo de LSD. 

Compartir experiencias con otras personas en recuperación proporciona motivación, orientación y un entorno libre de juicios para afrontar los desafíos del proceso.

Asimismo, el respaldo de familiares y amigos durante el proceso es clave para fortalecer la recuperación y reducir el riesgo de recaídas.

Conclusión

El LSD es una de las drogas psicodélicas más potentes y su consumo tiene consecuencias impredecibles. 

Aunque no provoca adicción física, los efectos en la percepción y el pensamiento pueden ser devastadores, especialmente en personas predispuestas.

Si tú o alguien que conoces está experimentando problemas relacionados con el LSD, busca ayuda profesional.  Es el primer paso para recuperar el control de tu vida. 

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